Cuando iba a nacer mi bebé y nos enteramos -su papi y yo- que sería mujer, lo primero en lo que pensé fue en el nombre que le íbamos a poner. Esta premura por escoger el nombre de la primogénita se debía a que en las sesiones de estimulación temprana a la que asistíamos puntualitos (un logro para mí que soy la eterna tardona) nos dijeron que desde la barriga es saludable llamar por su nombre o por lo menos un vocativo cariñoso, al "fruto de tus entrañas".
Buscando data relevante por el Día de la Mujer -para un primer ejercicio de metodología de mis alumnos- encontré información sobre el Marianismo, entendido como una contraposición al machismo, ja! Mi dulce retoño achinadito, recibió su primer nombre -Mariana- por ser el mes de mayo cuando celebramos nuestro matrimonio religioso y por la devoción hacia la figura de la Madre de Cristo. El primer nombre es el más importante, aunque para nosotros, su segundo nombre -Judith- (herencia de la abuelita paterna) también encierra cualidades que quisiéramos que herede y que al parecer sí las tiene.
El marianismo es el culto de la superioridad espiritual femenina, que considera las mujeres semidivinas, moralmente superiores y espiritualmente más fuertes que los hombres. Esta fuerza espiritual engendra la abnegación, es decir, la capacidad infinita de humildad y de sacrificio(*).
Osea, que sin querer queriendo -y más por la ternura que me evocaba a mí el nombre MARIANA en la lista de los top ten sugeridos-, resulta que el nombre de mi hija (a lo Tula jeje) tiene un valor agregado relacionado con lo que siempre quisiera para ella: una vida libre de prejuicios y autoncensura en su futura vida de mujer.
¡FELIZ DÍA DE LA MUJER HIJITA DE MI CORAZÓN!
No eres mía, eres del mundo... aunque te acompañaré a descubrirlo hasta donde quieras tenerme cerca.
-Tu mami Bea-
(*) Wikipedia
Buscando data relevante por el Día de la Mujer -para un primer ejercicio de metodología de mis alumnos- encontré información sobre el Marianismo, entendido como una contraposición al machismo, ja! Mi dulce retoño achinadito, recibió su primer nombre -Mariana- por ser el mes de mayo cuando celebramos nuestro matrimonio religioso y por la devoción hacia la figura de la Madre de Cristo. El primer nombre es el más importante, aunque para nosotros, su segundo nombre -Judith- (herencia de la abuelita paterna) también encierra cualidades que quisiéramos que herede y que al parecer sí las tiene.
El marianismo es el culto de la superioridad espiritual femenina, que considera las mujeres semidivinas, moralmente superiores y espiritualmente más fuertes que los hombres. Esta fuerza espiritual engendra la abnegación, es decir, la capacidad infinita de humildad y de sacrificio(*).
Osea, que sin querer queriendo -y más por la ternura que me evocaba a mí el nombre MARIANA en la lista de los top ten sugeridos-, resulta que el nombre de mi hija (a lo Tula jeje) tiene un valor agregado relacionado con lo que siempre quisiera para ella: una vida libre de prejuicios y autoncensura en su futura vida de mujer.
¡FELIZ DÍA DE LA MUJER HIJITA DE MI CORAZÓN!
No eres mía, eres del mundo... aunque te acompañaré a descubrirlo hasta donde quieras tenerme cerca.
-Tu mami Bea-
(*) Wikipedia
2 motivaciones:
Tu Bebe está Igualita a ti; mis mejores deseos para ella y para ti.
Marco
Interesante blog.
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