No te conocí nunca, pero te amé.
No te tuve en brazos, como hace una madre.
Contigo enterré mis esperanzas y sueños por un hijo desconocido al que nunca vi.
Pero también enterré el amor en mi corazón y la tristeza de saber que debemos separarnos.
Y ruego a Dios que haga por ti todo lo que yo hubiera hecho.
Que guarde a mi bebé a salvo
para que ría y juegue cuando llegue la primavera.
Un amigo, 1977.
Para tí mi Yakuyurak, de tu tía Bea.
Huánuco, 3 nov. 2009
Huánuco, 3 nov. 2009
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